El PVC ha sido siempre un material que ha contado tanto con defensores como con detractores –según indican, se trata de un material altamente contaminante-. Pero las investigaciones que se han realizado sobre él también han sido siempre constantes con el claro objetivo de mejorarlo y ofrecerlo como una buena alternativa a otros materiales que se emplean en la realización de puertas y ventanas.
De hecho, siempre se le ha vinculado a la fabricación de ventanas cuando, sin embargo, es un material que ofrece buenas condiciones en la fabricación de otros elementos del hogar como, por supuesto, las puertas, ya que su estanqueidad y hermeticidad está igualmente garantizada.
Posee otro tipo de ventajas que lo hacen especialmente recomendable como por ejemplo, que se trata de un material completamente impermeable y muy duradero que no necesita ningún tipo de mantenimiento especial, lo que favorece un importante ahorro en este aspecto.
Además, es muy resistente tanto a las inclemencias meteorológicas como a los impactos o los agentes químicos, por lo que es ideal para emplearlo en puertas exteriores sin problemas de degradación.
De la misma forma, admite multitud de aplicaciones, por lo que puede ser el material con el que se fabriquen todos los tipos de puertas que se deseen incorporar a una casa: correderas y practicables.
Las correderas se recomiendan en caso de espacios limitados ya que su apertura no ocupa espacio al deslizarse por un carril de forma horizontal –si bien, sólo admite media apertura en el hueco disponible, salvo en el caso de la corredera elevadora y la oscilo paralela-.
Por otra parte, las practicables son las que garantizan una mayor hermeticidad y seguridad, así como una insonorización absoluta, al disponer de una hoja que se abre sobre el eje en el que se encuentran las bisagras. Por ello, son las que se suelen emplear en las puertas de entrada ya que, además, admiten diversos refuerzos de acero así como paneles y otros complementos que aumentan la estanqueidad.
FOTOS: Sistemas Gahm